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domingo, 6 de febrero de 2011

Elogio a la pereza

Hoy en día no es fácil hacer un elogio a la pereza; nuestras sociedades son demasiado estresantes como para ser perezosos y encima hacer de ello una exaltación "estética". Uno no se puede relajar casi nunca... Y cuando lo hacemos lo hacemos sólo para recuperar fuerzas (aquella típica expresión: "cargar las pilas"). Por otro lado, cuando pensamos lo hacemos la mayoria de veces para llegar con ello a algún objetivo y no por el puro placer de divagar... No caminamos sin rumbo por las calles, sino con el objetivo de llegar a un destino... No gozamos de la belleza que hay en la pereza y en los actos de contemplación, simplemente porque eso no sirve para nada y estamos en un mundo en el que "el tiempo es oro". Nuestra salvación está en el arte, la literatura, la filosofía, pero no en tanto que disciplinas útiles para llevar a cabo actos institucionalizados, sino como experiencias, como vivencias sentidas con la frescura y espontaneidad con que las sentiría un niño.

1 comentario:

  1. me siento muy identificado
    y es que no creo que haya nada mejor en este mundo que sentarse dos horas a dejar pasar el tiempo y a divagar por abstractos mundo de propia invención

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